Debido a su posición estratégica, ubicándose a medio camino entre Europa y Asia así como entre tres mares, Turquía ha sido una encrucijada histórica entre las culturas y civilizaciones orientales y occidentales. Ha sido el hogar de varias grandes civilizaciones y el lugar en el que muchas batallas entre las mismas tuvieron lugar a lo largo de la historia. El país influye en la zona comprendida entre la Unión Europea en el oeste y Asia Central en el este, Rusia en el norte y Oriente Medio en el sur, por lo que ha adquirido cada vez más importancia estratégica.[2] [3]
ECONOMIA:
En años recientes la situación económica de Turquía se ha caracterizado por un crecimiento económico errático y graves desbalances. El crecimiento de su PIB real ha excedido el 6% durante varios años, pero su fuerte expansión ha sido interrumpida por agudos declives en 1994, 1998 y 2001.
Mientras tanto, el déficit fiscal del sector privado ha excedido regularmente el 10% de PIB - debido en gran medida a la fuerte presión sobre pagos de intereses, lo cual en 2001 concentró más del 50% del gasto central del gobierno - mientras que la inflación se ha mantenido en el rango elevado de dos dígitos.
La occidentalización de las costumbres de la población se hace evidente especialmente en las grandes ciudades como Estambul y Ankara. Si bien la mayoría de la población profesa la fe del Islam, ésta es considerada como "moderada", en referencia a otras poblaciones de mayoría musulmana.
La mayor parte de la población se considera a sí misma como europea. La diáspora de ciudadanos turcos en Europa, ha contribuido a extender la cultura de Turquía a través de ese continente. Esta tendencia es principalmente marcada en Alemania donde habitan casi 3 millones de turcos, algunos de los cuales se han abierto un espacio destacado en la cultura de dicho país. Tal es el caso del cineasta, Fatih Akin. También es famoso en el continente y en varias partes del mundo el intérprete de música pop, Tarkan.
Dalyan, antiguas tumbas
El primer gran imperio en la zona es el de los hititas, entre los siglos XVII y XII a. C. Posteriormente, los Frigios, un pueblo indoeuropeo, logró establecer un reino que luego fue destruido por los Cimerios en el siglo VII a. C.[9] Los sucesores más poderosos de los Frigios fueron los estados de Lidia, Caria y Licia. Los Lidios y los Licios hablaban idiomas que eran fundamentalmente indoeuropeos, pero ambos idiomas adquirieron elementos hititas y helénicos.
Alrededor de 1200 a. C., la costa occidental de Anatolia fue poblada por los griegos. Toda la zona fue conquistada por el imperio persa durante los siglos VI y V a.C. y más tarde por Alejandro Magno en 334 a. C.[10] Anatolia fue posteriormente dividida en una serie de pequeños reinos helenísticos (incluyendo Bitinia, Capadocia, Pérgamo, y Pontus), todos los cuales habían sucumbido a Roma a mediados de siglo I a. C.[11] En 324, el emperador romano Constantino I eligió Bizancio como sede de la nueva capital del Imperio romano, que paso a llamarse Nueva Roma (Constantinopla y más tarde Estambul). Después de la caída del Imperio romano de Occidente, se convirtió en la capital del Imperio bizantino (Imperio romano Oriental).[12]